18 de agosto de 2008

Temor del sábado


El patrón tiene miedo que se machencon vino los mineros.

El sabe que les entra como un chorrode gritos en el cuerpo.
Que enroscado en las cuevas de la sangreles hallará el silencio,

el oscuro silencio de la piedraque come sombra socavón adentro.


Que volverá, morado, con bagualas del fondo de los huesos su voz,

golpeando dura como un puño en el tambor del pecho.
Con pupilas abiertas como tajos le pedirán aumento,

mientras quiebren, girando entre las manos, el ala del sombrero,
y los ojos, de polvo y pena tristes, les caigan como manchas sobre el suelo.


Hay que esconder el vino entre cerrojos, el vino pendenciero.
Hay que esconder el vino como un crimen, el vino pedigüeño.

Que ni una gota más caiga en la boca desierta del minero,
donde el grito se tapa con la coca, y con alcohol la sed de amor y besos.


Hay que esconder la primavera en sangre del vino que descubre los secretos.
El patrón ha mandado que lo guarden y se ha vuelto vinagre en el encierro,

de noche tiene vómitos y duendes de luna que se bañan en su cuerpo.


Los ojos del patrón lo custodiaban por arriba del sueño,

ojos del patrón tienen dos ángeles desvelados de miedo.



Nacido en la ciudad de Salta del 29 de enero de 1921, hijo de Don Juan Carlos Dávalos y de Doña Celecia Elena.
Cursó estudios en su ciudad natal. Recorrió íntegramente su suelo patrio, de uno a otro confín, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres, bebiendo en los caminos, en las ciudades y aldeas ese rico venero que habría de transformar en poema, canto o relato.
Ha reunido en varios libros su producción de escritor, entre los que citamos : "Rastro Seco" (poemas, Salta, 1944), "El Nombrador" (poemas y canciones. Bs. As., 1957. Dos ediciones) ; "Toro viene el río" (relatos, Bs As., 1959 ; y "Coplas y canciones" (Bs. As. 1959)
Con respecto a las coplas, que él ha escrito y ha recopilado con ávido afán, dice Dávalos : " Desde México a nuestra Argentina, la copla bajó por sobre el geológico espinazo cordillerano del continente atando lenguas y corazones, fijando un alma y un idioma comunes, poniéndole palabras a nuestros desmesurados silencios planetarios, donde el hombre americano, síntesis de todas las razas, convive con su madre tierra, ama y trabaja atado a un solo destino : la unión definitiva de América".
Muchas de sus composiciones fueron recopiladas en 1962 en "Canciones de Jaime Dávalos". Entre ellas citamos : Zamba de la Candelaria, Zamba de un triste, Vidala del nombrador, Hacia la ausencia, Zamba de los mineros, La nochera, Zamba de San Juan, La angaquera, Tiempo dorado, La verderrama ( cueca ), Canción del jangadero, Trago de sombra, Pato sirirí, La golondrina, Zamba enamorada, Vamos a la Zafra.

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