26 de julio de 2008

  • VICTORIA

Los hilos de platase quedaron para siempre.

Tampoco la suturaborró la huella del llanto del dolor.

Cada noche la imagen te rasguña la piel que ya no sangra.

También comprendiste que el hule es la salvación de las almas.

Ahora puedes soltar la boca nada del triunfo sin ahogarte en el fracaso.

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